
En este nuevo siglo, además del crecimiento de la población, hay otros temas demográficos que están adquiriendo importancia política, económica y social. El envejecimiento de la población es uno de ellos, por sus fuertes repercusiones en el desarrollo de los países y por la amplia variedad de sectores a los que afecta (salud, educación, infraestructura y comercio, entre otras).
Los sistemas de seguridad social deben procurar mantener y aumentar la capacidad de los sistemas de pensiones para cumplir con sus objetivos sociales, garantizar su viabilidad financiera, y mejorar su capacidad de respuesta ante los cambios de la sociedad y las personas.
La atención de las personas mayores también ejercerá una fuerte presión en las familias -sobre todo en las mujeres encargadas tradicionalmente de cuidarlas- y en las comunidades. La creación de condiciones sociales y físicas que favorezcan la intergración de las personas mayores y las haga responsables de su bienestar también son áreas de intervención importantes para no convertir a quienes se encuentran en esta etapa de la vida en una carga para la sociedad.